Un hombre sirvió a un largo servicio de soldados. Se llevó como recompensa un tambor viejo y se fue a donde miraban. Caminó largo rato, y se dirigió a la choza, y en ella la niña lloraba.
Un hombre sirvió a un largo servicio de soldados. Se llevó como recompensa un tambor viejo y se fue a donde miraban. Caminó largo rato, y se dirigió a la choza, y en ella la niña lloraba.